La Gran Depresión, conocida también como la Crisis de 1929, tuvo efectos devastadores para la economía mundial. Se le considera la depresión más larga de la historia y la que afectó a un mayor número de países en el siglo XX. Texas fue uno de esos países afectados por aquella crisis. Miles de familias se rompieron en pedazos, y miles de niños quedaron huérfanos; clamando un atisbo de esperanza. Esta historia nos habla de doce en concreto, aquellos que vivieron en dicha época en la Escuela Masónica de Texas, los Doce Huérfanos.
Dirigida por Ty Roberts, Doce Huérfanos está basada en hechos reales, e inspirada en la novela Twelve Mighty Orphans: The Inspiring True Story of the Mighty Mites Who Ruled Texas Football, escrita por Jim Dent. Se estrenó en los Estados Unidos el 11 de junio de 2021 por Sony Pictures Classics, y ahora la puedes ver en Movistar desde el 22 de Septiembre.
Tendemos a decorar hechos reales inevitablemente
Doce Huérfanos comienza contándonos de forma breve y clara, la situación que están viviendo los ciudadanos de Texas. Miles de niños abandonados a su suerte, con un futuro mas negro que el ala de un cuervo. Algunos de esos niños acabaron en el Hogar y Escuela Masónica de Texas, donde según nos hacen ver desde los primeros minutos de película, no es un lugar agradable para los huérfanos que residen allí.
Es aquí donde entra en juego Rusty Russell (Luke Wilson), que ha sido fichado por esta infame escuela como profesor y entrenador de fútbol americano. Rusty viene acompañado de su esposa Juanita Russell (Vinessa Shaw), y su pequeña y siempre adorable hija. Rusty descubre que aquel lugar es un auténtico infierno para esos huérfanos, donde una especie de jefe de estudios esclavista llamado Frank Wynn (Wayne Knight), disfruta apaleando a los críos y obligándolos a cumplir trabajos forzados; solo para ganar dinero en su propio beneficio. Rusty quiere cambiar las cosas por allí, y junto con la ayuda de Doc Hall (Martin Sheen), el doctor de la escuela, se ponen manos a la obra, para crear un equipo de fútbol que pueda jugar en las ligas de la "clase A"; en las que participan escuelas con miles de alumnos.
Doce Huérfanos quiere darnos un mensaje inspirador. Pero como suele suceder, se acaba magnificando un hecho real, decorándolo con bonitos mensajes, y escenas emotivas o profundas. Esto no es algo bueno ni malo realmente, ya que en algunos casos pueden dar algo más de interés a una historia real que resultaría mediocre en cine; y en cambio en otros casos manipular los hechos en un beneficio concreto. Esta es una de esas veces que la historia parece haber sido inflada, para darle más sentimiento. En unos momentos resulta agradable o al menos funcional, pero en otras escenas puede ser demasiado conveniente; y eso le resta cierta credibilidad.
¿Y como película que tal?
Si analizamos Doce Huérfanos como película deportiva en general, no estamos viendo algo realmente diferente de otras del mismo género, como por ejemplo Remenber the Titans; la cual también está basada en hechos reales. Un grupo de jóvenes que no se llevan nada bien ni se aguantan a ellos mismos, pegan un cambio radical con la llegada de un entrenador que les da motivación y disciplina. Esto no quita que sea o no entretenida, ya que si se emplean bien las cartas, el resultado puede gustar al público, aún sabiendo que ya han visto eso mismo otras muchas veces.
Doce huérfanos trata de ponerle su propio sello, aunque por desgracia en varias ocasiones se pierde en los tópicos idealistas que uno espera ver en este tipo de tramas. Sin embargo, no se hace agotadora de ver, y cada escena encaja bastante bien con la siguiente, en un desarrollo continuo. De seguro los más escépticos verán en ella más de lo mismo, en incluso la consideren aburrida en determinados momentos, pero a un público más genérico le resultará interesante, e incluso en algún punto inspiradora. Y el dúo que hacen Luke Wilson y Martin Sheen, funciona bastante bien; son la chispa de la historia.
Conclusión de Doce Huérfanos:
Doce huérfanos es otra película sobre superación y futbol americano, que bebe de muchos de los tópicos del género. El dúo que hacen Luke Wilson y Martin Sheen funciona bastante bien, y cada escena parece encajar con la siguiente, consiguiendo que no resulte muy pesada. Es una de esas veces que la historia parece haber sido inflada, para darle más sentimiento al hecho real en el que se basa. En unos momentos resulta agradable o al menos funcional, pero en otras escenas puede ser demasiado conveniente; y eso le resta cierta credibilidad. Los más escépticos solo verán en ella más de lo mismo, pero puede resultar interesante de ver para un público más genérico; e incluso en algún punto inspiradora.
Nota:
7/10
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