Sin entrar en detalles, es bien sabido que el nazismo causó graves estragos en todo el mundo; e incluso en la propia Alemania, diversos sectores como el arte, se vieron afectados por este régimen. En torno a unas 600.000 obras de arte fueron robadas por los alemanes en Europa entre 1933 y 1945, 200.000 solo en Alemania y Austria.
Todas ellas "confiscadas" por ser consideradas como degeneradas, para ser almacenadas en Berlín y mostradas en exposiciones que ridiculizaban dicho arte. Muchas fueron quemadas posteriormente y otras se vendieron al extranjero.
Y es sobre este terrible ataque al arte en la Alemania nazi de lo que trata La Lección de Alemán. Una película de 2019, basada en la novela que comparte el mismo nombre, escrita por Siegfried Lenz. Dirigida por Christian Schwochow, y nominada a mejor banda sonora y mejor fotografía en Los Premios del Cine Alemán de ese mismo año.
La crueldad del régimen
La Lección de Alemán es una excelente carta al pasado. Un relato muy bien elaborado y estructurado, que nos proporciona una visión detallada de lo que ocurría en aquel entonces respecto al sector artístico; y las negativas repercusiones que sufrían los artistas que se negaran a acatarlo.
La historia transcurre tras la Segunda Guerra Mundial. Contada desde la perspectiva del protagonista, Siggi Jepsen, el cual se encuentra recluido en una institución que se encarga de educar a los jóvenes difíciles. Siggi es castigado en una celda por haber dejado en blanco un ensayo sobre "Los placeres del deber" que debía entregar en clase de Alemán. Pero nuestro protagonista no ha dejado dicho ensayo en blanco sin razón; y es entonces cuando, a través de los recuerdos de su infancia, averiguamos el motivo de su reticencia a la hora de redactarlo.
Su padre, Jens Ole Jepsen, un motivado oficial de policía, devoto seguidor del régimen (como la gran mayoría del país en aquella época), recibió el encargo de vigilar a su cuñado, el pintor expresionista Max Ludwig Nansen. Siggi es un gran admirador de su tío, y siente gran pasión por la pintura; sin embargo, debido a esta nueva ley impuesta, verá como todos esos sueños se esfuman a manos incluso de su propio padre. Hasta tal punto, que la familia se ve envuelta en un grave conflicto, con nefastos resultados. No es de extrañar, que tras todo lo sufrido, Siggi no tenga nada bueno que decir del deber.
Se contagia la impotencia y la tristeza
La Lección de Alemán es un largometraje que puede resultar algo lento argumentalmente, y que, sin embargo, y aún sonando a contrariedad, resulta necesario para desarrollar bien su trama y a sus personajes.
En cada escena, y aún estando entre familia, se percibe la incómoda tensión del ambiente; la desconfianza que surgía entre quienes creían poder confiar. Jens es un oficial terco y de mente cerrada, que solo es fiel a su deber, apartando a un lado su humanidad y a sus seres queridos. Una excelente crónica de la impotencia que sufría una minoría racional, acosada y obligada a huir o esconderse para evitar ser castigados e incluso sentenciados a muerte. No había lugar para el arte, no quedaba hueco para la lógica, tan solo el cumplimiento ciego del deber; y eso se percibe en esta película en todo momento de forma muy eficaz.
Conclusión de La Lección de Alemán
La Lección de Alemán es un excelente largometraje que nos ofrece de nuevo otro punto de vista sobre los estragos de la Alemania nazi. Con una trama bien cuidada, y acompañada de una muy adecuada banda sonora y una estupenda fotografía, nos hace sentir la incomodidad e impotencia que sufren los protagonistas. Un drama histórico imprescindible.
Nota
9,5/10
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