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Foto del escritorJavi Sardi

Mi Primer Gran Combate: Una familiar perfecta para la siesta



Mi Primer Gran Combate (título original, The Main Event), es una película de comedia estadounidense dirigida por Jay Karas (Break Point, El Intercambio), a partir de un guión de Larry Postel.


Se estrenó en España el 10 de abril de 2020 en Netflix. Está protagonizada por Seth Carr, Tichina Arnold, Ken Marino y Adam Pally. Cuenta además con la participación de las estrellas de la WWE Kofi Kingston, The Miz, Sheamus, Keith Lee, Mia Yim y Otis Dozovic, así como Corey Graves y Renee Young.





Un guión escrito en una tarde


Mi Primer Gran Combate es una película que peca de ser demasiado simple, aún teniendo en cuenta que es para todos los públicos. El guión parece haber sido escrito en pocas horas, deprisa y sin pensarlo demasiado.


La historia de Mi Primer Gran Combate no es complicada.


El protagonista es un niño torpe y tímido, muy aficionado a la lucha libre profesional, que tras huir de los típicos matones de colegio, encuentra por "casualidad" una máscara mágica de lucha libre. Dicha máscara, que huele a muerto, le otorga unas habilidades asombrosas y le convierte en un gran luchador. Esto, para empezar apenas se plantea ni se presenta como algo que estuviera destinado a ocurrir, simplemente pasa y no parece resultar extraño. El niño se planta en un campeonato de lucha libre profesional, y nadie parece ver que es un niño, a pesar de ser evidente. El resto del argumento avanza de forma excesivamente predecible y aburrida, dando la sensación de estar viendo un telefilme de serie B.





Otra más para la siesta


Jay Karas es un director de películas familiares olvidables y poco conocidas, en comparación a otras familiares más influyentes. Con Mi Primer Gran Combate, da la sensación de que tan solo la ha rodado para pagar el alquiler del mes. El resultado es un filme más entre millones, para ver con niños, si, pero con la que comenzarás a roncar a los diez minutos.


Las bromas y chascarrillos no tienen ni pizca de gracia, y provocan más bostezos que muecas sonrientes. Los personajes carecen de carisma, como si actuaran gratis, obligados y sin ganas. La historia no atrapa ni engancha, ni parece intentarlo.


Ni un niño perdonaría ciertos fallos


Que Mi Primer Gran Combate sea para todos los públicos no significa que se le pueda perdonar todo. Ese es un error muy grande del argumento, que parece saber que está dirigido a un público infantil, y aún así creer que por ello puede hacer lo que se le antoje sin que nadie le diga nada.


Los efectos no están nada cuidados, y nos recuerdan a series de los noventa, como los Power Rangers; de hecho, casi esperaba que, al final, el villano de turno se volviera gigante. La subtrama, centrada en el abandono de la madre hacia el protagonista y su padre, se introduce forzadamente en ciertas ocasiones a lo largo de la película, como para darle mayor profundidad, pero sin conseguirlo. Resulta realmente absurda en muchos momentos, e incluso un niño se daría cuenta de ciertos fallos de voces, escenas que no pintan nada, cambios repentinos de personalidades, etc.





La moraleja está, pero...


Por supuesto, Mi Primer Gran Combate tiene su moraleja, su lección de vida para los niños; "no seas un capullo egocéntrico".


La teoría está bien, pero cuando tratan de ponerla en práctica, no parece que se lo tomen demasiado en serio. Siempre hay una parte en la que el típico protagonista hace algo que ofende o perjudica a sus amigos o seres queridos, pero luego trata de arreglar las cosas; aquí se arregla todo con un "lo siento". El saber pedir perdón está bien, pero después, en el ring, vuelve a ser el mismo idiota chulo y repelente; solo que ahora es consciente de ello. Después de toda una hora y media de meternos la idea en la cabeza, resulta que todos siguen igual, solo que ahora al menos saben que son así. Nadie a aprendido nada, y lo único que sacan el protagonista y su querida amiga es algo más de coraje, al menos eso se llevan.





Conclusión de Mi Primer Gran Combate


Mi Primer Gran Combate es una típica película familiar olvidable y poco entretenida. Resulta demasiado predecible, aburrida y poco cuidada, incluso sabiendo que es una película para todos los públicos. Probablemente podría convertirse fácilmente en una película que ver con niños, pero que a los pocos minutos provocará más ronquidos que risas.


Nota

3'5/10

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