El 24 de Junio se estrenó la primera película chilena original de Netflix, Nadie Sabe Que Estoy Aquí. Dirigida por Gaspar Antillo en su primer largometraje, y protagonizada por el conocido Jorge García (Perdidos, Hawai 5.0).
La plataforma ha apostado por este drama, que no le está dando malos resultados. Se podría decir además, que ha sido un triple estreno. Es decir, no solo es la primera película chilena de la plataforma, también es el primer largometraje que dirige Gaspar Antillo. Y para cerrar el triplete, también es la primera vez que vemos a Jorge García en un papel protagonista.
Entrañable si, pero también algo siniestra
Muchas personas coincidirán al opinar que Nadie Sabe Que Estoy Aquí tiene ciertos toques y escenas entrañables. Pero tampoco se podría negar que en otros casos, al ver determinados comportamientos del protagonista, uno no puede evitar verla algo siniestra también.
El protagonista, Memo (Menudo nombre le han puesto al pobre), tiene una tendencia muy depravada. Además de su extrema timidez, como la de un cervatillo asustado, se cuela en casas ajenas cuando no hay nadie. ¿Que qué hace? Simplemente se pasea a observar como si fuera suya (Y de hecho esa es la impresión que da al comenzar el film). Esto, en cualquier caso, se podría definir como el típico comportamiento del lunático de turno de las películas de terror o suspense.
Por supuesto, la historia torna a giros más entrañables que depravados, pero el daño ya está hecho. Al final, todas esas acciones se han olvidado, dando a entender que el protagonista ha pasado página, y ya no lo hará o no lo necesita. Eso está muy bien, pero a pesar de todo lo que ha sufrido en su vida, eso no hace que su comportamiento inicial sea menos degenerado.
Una gran actuación
Nadie Sabe Que Estoy Aquí muestra a un personaje protagonista muy introvertido y traumado por el pasado. Eso es algo que Jorge García ha sabido interpretar de forma excelente, sin más; simplemente sublime.
Habrá muchos que vean al actor y recuerden sus papeles en Perdidos o en Hawai 5.0 y no vean más allá. Pero lo cierto es que Jorge García toma las riendas de su personaje, y provoca que te olvides de lo demás, y te centres en Memo totalmente. Es uno de los puntos fuertes de esta película y que de seguro no va a pasar de largo sin que se tenga en cuenta.
Una excelente visión tras las cámaras del espectáculo
En Nadie Sabe Que Estoy Aquí tienen lugar una serie de circunstancias que reflejan la realidad de muchas estrellas hoy día. El talento desaprovechado y la imagen sin talento, la búsqueda del dinero fácil, la destrucción de la creatividad y los sueños, etc.
Debes tener paciencia y ver todo el metraje. Aunque no depara grandes sorpresas, si que ofrece una perspectiva estupenda de como puede afectar el mundo del espectáculo a un niño. Las cifras hacen que la sociedad se pueda volver muy cruel con los más inocentes, y se evidencia la obsesión por conseguir únicamente un físico estereotipado, más que el verdadero artista que hay detrás del telón. Es una auténtica vergüenza y una lástima; cuantos grandes artistas se habrá perdido este mundo, simplemente por dar paso a físicos o carismas sin talento ni creatividad.
Tiene un ritmo fluido aunque flojo
Nadie Sabe Que Estoy Aquí no pretende ser un drama tremendamente exagerado, y se nota que el director no busca lagrimas fáciles. A medida que pasa el tiempo, los personajes se van abriendo camino, aunque tímidamente y sin demasiadas sensiblerías. Y al final, parece que todo lo contenido, sale como un volcán sin control, para después, volver a apagarse como si nada sucediera.
Es un buen planteamiento, y verdaderamente la película no se vuelve larga ni pesada, pero tampoco sorprende mucho ni emociona como se esperaba en un principio. Es decir que fluye, pero no salta ni se arriesga apenas, sino que va con lo justo para pasar la prueba. Sino fuera por la actuación de Jorge García, puede que esta historia, no hubiera dado el mismo resultado; aunque, quien sabe.
Conclusión de Nadie Sabe Que Estoy Aquí
Nadie Sabe Que Estoy Aquí es una película que fluye de forma tímida y sin demasiadas sorpresas, pero sin aburrir ni cansar. Con la increíble interpretación de Jorge García, el espectador podrá ver lo que siente realmente el protagonista. Aunque no emociona, si tiene momentos entrañables, lo cual no quita que ciertos comportamientos depravados la vuelvan algo siniestra en ocasiones. Es una película que refleja muy bien el como pueden afectar a las personas los estereotipos sociales de hoy día. Y por supuesto también tiene una ingeniosa critica que habla de las mentiras y los trapos sucios del mundo del espectáculo. No es una maravilla pero cumple de forma discreta su función.
Nota
7/10
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