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Foto del escritorJavi Sardi

Edén: El resultado de fusionar anime con un videoclip de Chill Out


El anime cada vez tiene un papel más importante en el catálogo de Netflix. Tanto es así, que la plataforma se ha convertido en un lugar idóneo donde poder encontrar un amplio surtido de series y películas de esta categoría; ya sean licenciadas o propias. Esta vez, hablaremos de Edén, una mini serie de únicamente cuatro capítulos, creada por Yasuhiro Irie, el director de Fullmetal Alchemist: Brotherhood. Disponible desde el 27 de Mayo.

Edén nos transporta a un futuro lejano, en el que la humanidad ha desaparecido y se ha convertido en una mera leyenda con el tiempo. Aquí ya no hay contaminación, y la vegetación ha vuelto a prosperar y expandirse por el planeta. Es un mundo nuevo y aparentemente ideal, poblado únicamente por robots... o eso pensaban.




Una historia interesante, pero no profunda

Edén comienza su primer capítulo en las afueras de la metrópolis mecánica Edén 3. Allí, dos robots agricultores encuentran una capsula, en cuyo interior se encuentra Sara, una niña que podría cambiarlo todo. Estos dos robots, los cuales están programados para creer que los humanos son solo un mito en la historia, deciden arriesgarse y criar a la pequeña como si fuera suya. Pero esto provocará inevitablemente que surjan cientos de preguntas que necesitan ser respondidas.

Este punto de partida se tercia intrigante, aunque no por ello un tema novedoso que digamos; y no deja de tener momentos que te ves venir a la legua. A medida que Sara va creciendo, las dudas son más fuertes, pues en ese paraíso no todo es lo que parece; hay mucho más por descubrir. La trama pretende hacer reflexionar sobre los estragos que ha provocado la el ser humano en el planeta, y a los seres vivos que habitan en él; ¿Te suena? Seguro que si. Con una atmósfera plagada de optimismo, este entrañable trio formado por dos robots y una humana, demostrará que todavía hay esperanza para la humanidad, y destapará secretos ocultos sobre el pasado; y también de su época.

Sin embargo, y aunque la historia realmente resulta interesante y deja bien cerrados ciertos temas importantes, hay una gran falta de profundización argumental; lo cual quizás podría resolverse de haber una segunda temporada. Demasiadas cuestiones en el aire y sin explorar, para lo mucho que puede ofrecer el guion; lo cual es también en cierto modo comprensible, teniendo en cuenta que cuatro capítulos, de unos veinte minutos de trama cada uno, no dan para mucho. Y aún así, da la sensación de que se ha desperdiciado mucho tiempo en otros puntos menos relevantes del relato. Esto provoca que su visualización no sea tan amena, y tienda a relajar en exceso en varias ocasiones, perdiendo interés.




Los atractivos colores frente a la simpleza animada

Edén utiliza ese estilo de animación CGI que trata de simular la animación 2d sobre fondos 3d; lo mismo que pudimos ver en Pacific Rim: Tierra de Nadie o Goodzilla, ambas de Netflix también; entre otras, claro. Esta nueva serie se desarrolla tras unos paisajes y fondos atractivamente coloridos, que funcionan bien y son muy agradables, pero no se ven realmente espectaculares ni pintorescos.

En esta ocasión, el apartado visual que ofrece Edén podría ser ventajoso, teniendo en cuenta que la mayoría de los personajes son robots y encajan mejor con este tipo de animación. Sin embargo, los personajes humanos no gozan de buen aspecto en su acabado, ni de personalidad que digamos. Su falta de expresividad, tanto facial como gestual, estropea cualquier intento por empatizar con el personaje, o de cualquier credibilidad en sus sensaciones y sentimientos. Ya sean robots o humanos, los movimientos siguen siendo demasiado simples y limitados, restando naturalidad al personaje. Esto, aunque no lo parezca, en muchos espectadores puede llegar a influir negativamente a la hora de decidir si ver el siguiente capítulo, o pasar a otra cosa que atraiga nuestra atención.




El carisma en los personajes

Toda película, novela, serie, o en general cualquier historia, debe tener personajes con carisma y una personalidad relativamente definidas; si quiere conseguir atraer a un determinado público al menos; y no digamos ya a los más exigentes. Edén cuenta con personajes muy entrañables y cucos, si, pero sin ese toque de carisma necesarios para sobresalir ni destacar entre tantos otros. La inocente y curiosa Sara, sus dos padres robots adoptivos, y el resto de personajes de este futuro, no consiguen transmitir al espectador lo suficiente.

Sabiendo que la mayoría de personajes son robots, parece ilógico buscar la gracia en sus personalidades, pero hemos visto tantos robots que, incluso sin la necesidad de hablar, tenían mayor ritmo, que es inevitable tratar de encontrar ese rasgo; y no son pocos los ejemplos que sí lo tienen. Los personajes humanos tampoco dan mucho juego, lo cual es reforzado por una animación poco expresiva, antes mencionada. En definitiva, y a pesar de ser una buena idea, se queda en poco más que una serie pasable pero algo aburrida; que podría haber brillado mucho más.




Conclusión Edén

Edén es una mini serie que pretende reflexionar sobre los estragos que ha causado el ser humano a lo largo del tiempo, y tratar de demostrar, de forma muy optimista, que todavía queda esperanza para la humanidad. La historia se presenta interesante, aunque no tanto su desarrollo, que se relaja en varias ocasiones en exceso, y sus personajes, que carecen de carisma y una personalidad destacable. Los secretos que esconde ese paraíso pueden mantener en cierto modo la intriga, lo que no quita que muchas situaciones te las veas venir de lejos. El apartado visual ofrece unos paisajes y entornos muy coloridos, aunque no espectaculares. La animación CGI que mezcla 2d sobre fondos 3d, a pesar de la simpleza y limitación de sus movimientos, puede parecer ventajosa con los personajes robots; pero no surte el mismo efecto con los personajes humanos, que carecen de expresividad. Consigue dejar cerrados ciertos elementos importantes, sin embargo, hay demasiadas cuestiones que se quedan en el aire, y no profundiza lo suficiente. Con lo mucho que podría abarcar, se queda bastante corta, como otra serie más; pasable, pero nada más.

Nota 6/10


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